La terraza o el porche son lugares de ensueño en nuestros hogares. Rincones mágicos que aprovechamos siempre que la meteorología nos lo permite. En verano se convierten en las zonas preferidas de la casa por ejemplo para desayunar, leerse un libro o estar de tertulia con los amigos. Pero que la época estival finalice no significa que no podamos disfrutar de la totalidad de nuestra casa. Existe la posibilidad de instalar cerramientos acristalados, que son una magnífica solución para convertir esas estancias temporales en fijas, y así disfrutar todo el año de la casa, vivienda o chalet.
Cortinas de cristal
Es un sistema ideal para las terrazas ya que no alteran la estructura de la fachada. Su escasa perfilería permite tener una visión completa del paisaje exterior. La estética y apertura es similar a los paneles japoneses utilizados para la decoración de las ventanas. Los cristales se deslizan hacia uno de los extremos de manera fácil y cómoda. Son fáciles de limpiar gracias a que son abatibles. Las cortinas de cristal evitan el ruido, polvo, frío y viento, aunque es cierto que su cierre no es tan hermético como un cerramiento de aluminio o PVC.
Cerramientos aluminio o PVC
Los cerramientos con estos materiales se utilizan para dar mayor calidez a cualquier estancia del hogar, ya sea un pequeño balcón, una terraza o una galería. La combinación de una buena perfilería junto con un cristal bajo emisivo o acústico, permite un buen aislamiento que favorece una alta calidad de vida. Las ventanas practicables son, en líneas generales, más herméticas que las correderas.
Techos fijos de cristal o móviles
Es un sistema muy práctico para terrazas privadas, comerciales e incluso para aclimatar piscinas. Ideales para aquellos lugares donde no queremos perder la luz natural. Su accionamiento puede ser manual o motorizado, con hojas de cristal generalmente translúcido. Esta estructura de perfilería de aluminio puede ser completada con cortinas de cristal o con lonas de toldo etc.
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